miércoles, 27 de octubre de 2010

La mujer del pasillo.




Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré.



La noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras; unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada... Era la que compor mi hermana, la cual había muerteo en un grave accidente , y siempre había querido hablar con ella después de la fuerte disusión que tuvimos antes de que cogiera el coche aquella terrible noche. Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, puesto que quería hablar con mi hermana.

La sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo estaba muy serio, concentrado, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse. Preguntamos al unísono, quién era, pero no respondió.

El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: "estoy yendo a por vosotros".

Derrepente se hoye unos porrazos en la puerta de mi desván preguntamos quien era y sonó una mujer con la vez dulce muy parecida a la de mi hermana sin embargo parecia de penumbra. La mujer no paraba de decir mi nombre y que salieramos de hay que iba a ser demasiado tarde.






La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre una y otra vez. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran desesperados.

Era mi hermana; algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo sabía.

Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un ataque epileptico . Nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos. Nos quedamos de piedra cuando empezo a golpearse contra las paredes tanto en el suelo como en el techo hasta destrozarse. c

La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Os lo advertí, y no me hicisteis
caso, ahora moriréis!". Mi amiga diciendo que nos mataría. Intentamos abrir la puerta pero no pudimos. Los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla.

Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpado por el asesinato de mis amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de mi habitación.Habia sangre por todos lados y mis amigos estaban desgarrados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario